domingo, 15 de septiembre de 2013

Y se apagó el Sol.

En mi ventana llueve y hace sol.
Llovió en mi ventana el día
aquel que te declaré mi amor.
Llovían lágrimas de las nubes
con empatía por mi dolor
al saber que no me querías.
Pensé entonces olvidar la alegría
tras arderme dentro el azufre
de las peores despedidas,
cuando dos almas se dicen adiós.
Brillaba en julio el astro rey
presagiando que por fin
el corazón de esa mujer
se iba a enlazar con el mío
más de año y medio después.
Mas lo que en esos dos meses sentí
sin piedad lo borraste al decir
que en un mes me habías mentido,
que no sentías nada por mi,
que nada más podíamos ser.
Ya no aguanto más mentiras,
ya no aguanto más engaños.
Todo te he dado en dos años
y tú todo lo coges y lo tiras.
Quise poner un reino a tus pies
y una corona con rubíes y zafiros
pero te quedas por tu inmadurez
con un pedacito de mi olvido.

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