viernes, 20 de junio de 2014

Aquella tarde de agosto

Este no es un poema normal, es el primero que adapto a la música de un pasodoble de una comparsa, en este caso "La Canción de Cádiz". Es una comparsa a la que tengo mucho cariño y su autor, Tino Tovar, es una de las pocas personas a las que admiro desde lo más hondo de mi corazón. Vaya este poema/pasodoble como homenaje a Tino y a las personas en la situación del personaje. PD: abajo os dejo dos pasodobles de esta comparsa para que oigáis la música; uno cantado en el Falla y el otro solo a tenor y segunda.



Aquella tarde de agosto
que me robaste el corazón
y me llevaste a la locura,
no te fijaste en mis ojos
y te compuse una canción
inspirado en tu figura.
Y esperando en tu puerta
tuve la sensación de que
el tiempo se paraba
cuando saliste a la calle,
dejó de girar la Tierra
escuchando tus palabras.
Y desde la tarde aquella
las musas to'as me llamaron
pero al ser tú la primera
ya me tenías conquistado.
Y cayendo ya la noche
me vi preso de tus labios,
me dijiste sin reproches
que te amara más despacio,
que no ardería el calendario.
Y agarrados de la mano
recorrimos medio mundo
y quise parar el tiempo
pa' que pasaran los años
dándote to's mis segundos.
Aquella tarde toqué el cielo,
aquella tarde viví la vida,
todo cambió con aquel "te quiero"
que no se me olvida.
Y cuando pienso, sombra con nombre,
¿qué pasaría
si no existieran nuestros corazones?
¿Quién querría a este poeta,
que aunque el corazón entrega
solo puede ver las voces?



jueves, 5 de junio de 2014

El amor es amor

Dando un paseo de madrugada
pa' refrescarme las ideas
vi a dos chicas sentadas
más bellas que Dulcinea.
Pero, aunque unas sonrisas
sus rostros me mostraron,
esta puta sociedad cínica
ya las había condenado.
Juzgamos a cada pareja
si no es como las de siempre,
las que siguen un esquema
que ata en corto a las mujeres.
Si dos mujeres, dos hombres,
dos niños, dos amantes,
huyen y se esconden
buscando un instante
al que nadie se asome
con intención de señalarles,
¿por qué les despreciamos
y casi les lapidamos?
¿Qué diferencia puede haber
entre todos esos amores
y el que tiene un hombre
hacia su querida mujer?
No consiento y me repugna
esa gente que mira de reojo
y es capaz de llamar puta
a una chica sin esposo.
Esta carta dirijo al mundo
esperando que algún día
podamos vivir todos juntos
con una mínima armonía,
que desaparezca ese muro
capaz de romper una familia.
Esta carta dirijo al mundo
y a quien se la debía.
Aunque fuérame un ocultado
o un cobarde del montón
debí haber tendido mi mano
cuando el primer llanto brotó.
Con esta carta pido perdón
por cuánto siento que te he fallado.
A ti, que has sido para este muchacho,
de este jardín, mi segunda flor.